El modelo inicial era el mismo para todos. Un garrapato feo y lleno de pinchos con malas pulgas y la boca llena de dientes:
El primer paso fue hacer un esqueleto de alambre, cubrirlo con masilla verde y con esta aún fresca, cubrirlo con fimo. El objetivo era que el fimo se adhiriera a la masilla verde y cuando esta se secara, se pudiera seguir trabajando el fimo de forma normal. Recordad que el fimo sólo se endurece cuando se hornea.
Parece poco más que un espermatozoide con patas, eh?
El segundo paso era añadir detalles. Reconozco que esto me resultó muy difícil. Acostumbrado a poder trabajar con partes ya secas y esculpir a trozos, tener todo fresco estaba resultado bastante difícil. No obstante también tiene sus ventajas. Puedes trabajar con más calma, prolongar el modelado durante días en cada fase y si algo se te atraviesa, dejarlo para otro momento.
Sin embargo, me estaba resultando insufrible así que llegué a un punto en que o lo horneaba, o mandaba la miniatura a hacer puñetas. Así que, con este nivel de detalle lo mandé al infierno de fagor:
La foto tiene la calidad de costumbre. No os me quejéis ahora.
Una vez horneada, esculpí los detalles con masilla verde y miliput. En principio usé milliput allí donde iba a limar luego superficies: dientes y uñas. Los ojos los hice con milliput símplemente porque me sobró algo de masilla. Como toque final, retoqué algunas partes con masilla verde: los pliegues de las uñas, el labio inferior y algunos dientes. Como principal crítica, la pata izquierda del bicho me quedó demasiado plana y grande. La derecha está mucho mejor.
El resultado es mi primer garrapato modelado con fimo. No todo lo bien que uno podría esperar despues de haber hecho los ratoncitos de mouse guard 1 y 2, o el davy jones... Pensé que el fimo me daría muchos menos problemas. Pero bueno, como se lo he regalado a Max Verdié y parece que le ha gustado, toda penuria queda olvidada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario