Tras sembrar la expectación, continuamos con la creación del ancla gigante.
Tras montar el ancla en la peana, llega el momento de darle movimiento y dramatismo a la escena. Para ellos contamos con la inestimable colaboración de un bucanero incauto. En este caso, salido directamente de las pestilentes calles de Mordheim.
Tras montar el ancla en la peana, llega el momento de darle movimiento y dramatismo a la escena. Para ellos contamos con la inestimable colaboración de un bucanero incauto. En este caso, salido directamente de las pestilentes calles de Mordheim.
- Tengo el presentimiento de que algo va a salir mal -
Lo primero que haremos será deshacernos de sus brazos. En mi caso opté por amputarle uno y dejar el otro, no sin antes sustituir su mano izquierda por un garfio hecho con un trocito de clip. Pero vosotros podéis darle el dramatismo que queráis. Mi bucanero además tenía los pies rotos así que quedaba completamente desmembrado. Pobre.
Para adaptarlo a la escena, lo único que debéis hacer es limar su pecho hasta que encaje bien bajo el ancla. Añadiendo en las heridas un poco de masilla plástica vallejo (que viene en tubo, con aplicador y tiene una textura bastante líquida) conseguiremos el aspecto de carne aplastada y estará listo.
Por último, para rellenar los huecos entre el ancla y la tablazón y para que simplemente no parezca pegada ahí, pegaremos unas cuantas astillas de madera al rededor para simular la rotura violenta.
El desenlace: Al abordaje! [3]
Por último, para rellenar los huecos entre el ancla y la tablazón y para que simplemente no parezca pegada ahí, pegaremos unas cuantas astillas de madera al rededor para simular la rotura violenta.
El desenlace: Al abordaje! [3]
1 comentario:
Dios, qué puto horror las marcas de agua en las fotos...
Poned el nombre del blog en pequeño si queréis, pero las marcas por toda la foto... es grotesco.
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